jueves, 17 de diciembre de 2015

Clave n°5: “Karma y Renacimiento”



            Las 7 Claves del Perdón están formuladas para todos los estudiantes que se han comprometido con el Sendero interior. Estas ‘claves’ apoyadas en la reflexión, podrán ayudar a elaborar una síntesis de comprensión sobre el tema del perdón, y esa SÍNTESIS será una luz guiadora en la conciencia del peregrino, constituyendo “una plataforma de despegue” para la real liberación.
            La mayoría de los humanos no pueden perdonar por ignorancia, es decir, por desconocer el significado del perdón de forma profunda. Corrientemente el perdón es entendido como ‘olvido de la ofensa’ pero, como estamos viendo en estas claves, es mucho más que eso, ya que implica autoconocimiento, limpieza, conciencia de unidad, comprensión de la acción, servicio humano y planetario y, como veremos ahora, conocimiento de las leyes de Karma y Renacimiento.
            Estas dos leyes que rigen en la evolución de las almas humanas se relacionan estrechamente entre sí, puesto que karma, que es la acción incompleta que busca ‘completarse’ en la comprensión de la conciencia,  necesita de múltiples experiencias a través del tiempo para encontrar las ocasiones y oportunidades para “completarse”, y para esto una sola vida humana es enteramente insuficiente. Es por ello que el alma humana debe atravesar por muchas reencarnaciones para que se tejan los acontecimientos kármicos, vida tras vida, para así poder ‘completar’ el Gran Aprendizaje del Alma. Cuando este ‘Gran Aprendizaje’ ha llegado a su fin el alma queda liberada de la “obligación evolutiva” de reencarnar. Pero este no es el fin del aprendizaje para el alma, sino el fin de una gran etapa, la cual una vez completada es recién el comienzo de un larguísimo camino de ascenso al Paraíso Central.
            Durante el extenso peregrinaje del alma en la Tierra por sucesivas vidas físicas en diferentes personalidades, el alma nace aceptando las condiciones anticipadamente proyectadas para su encarnación. Es decir que es la misma alma, junto al Señor del Karma, quien crea las condiciones predestinadas de las experiencias kármicas que han de acontecer durante su encarnación. En tales condiciones proyectadas se considera el país, la cultura, la condición social, la familia, la educación, etc. que recibirá el alma en su vida encarnada. En esas pautas también se encuentran situaciones y hechos claves que se han de precipitar y que formarán parte de ‘desafíos’ y de su aprendizaje kármico. Eventos de este tipo pueden ser enfermedades, accidentes y/o relaciones kármicas, así como hechos desventurados o felices (según se trate de karma ‘negativo’ o ‘positivo’, aunque ambos tipos son en el fondo del asunto “positivos” por que enseñan valiosas lecciones al alma).
            En los hechos o situaciones desventuradas (fatalidades, sufrimientos, etc.) por los cuales atraviesa el alma ya encarnada, se producen muchas veces los quistes del odio y el rencor en la conciencia, por no poder “digerir” los acontecimientos. Lo que ocurre es que, una vez encarnada el alma en un cuerpo humano y convertida así en “persona”, olvida el ‘contrato álmico’ contraído antes de nacer; la visión del alma se pierde y la persona solo ve lo que tiene delante de sus ojos de la carne. De esta manera, muy difícilmente podrá comprender los hechos desventurados o “de la mala fortuna”…, y es por este motivo que muchas veces las personas pierden la fe y se vuelven insensibles e impiadosas, y cegadas por su incomprensión e ignorancia, despotrican contra la vida y contra todo. Se vuelven escépticas y materialistas, lo que evidencia el estado de oscuridad en que ha caído el alma al encontrarse reprimida detrás de la sombra tenebrosa del yo personal. Personas con esta energía son incapaces de conocer el perdón y se vuelven indiferentes o críticas de los temas espirituales durante años o por el resto de sus vidas físicas.
            Estos escritos no servirían en manos de tales almas perdidas en las sombras de un yo inferior dominante; pero sí pueden servir a los estudiantes propensos a caer en tal condición desfavorable. A quienes pueden escuchar y discernir van dirigidas estas comunicaciones.

            Entender sobre esta temática, el Karma y la ley de Renacimiento, ayudará a los estudiantes a elevarse por encima de los acontecimientos inmediatos, y a verlo todo como pequeñas facetas de un Gran Sendero del Alma.
            Todo estudiante, ante acontecimientos de agravio, dolor, accidentes, enfermedades, relaciones familiares insanas, etc., debería preguntarse sobre el significado de tales eventos a nivel del aprendizaje de su alma. Pero en lugar de tomar tal actitud, muchos estudiantes, ante experiencias dolorosas se preguntan: “¿Por qué a mi…?”. Esa pregunta nace de la corta vista del yo personal.
            La pregunta que debería nacer, comprendiendo las leyes de Karma y Reencarnación sería: “¿Qué debo aprender de esto?”; “¿Cuál será la enseñanza en el fondo de este acontecimiento?”. Aunque la respuesta no llegue de inmediato, el estudiante puede estar seguro que es la actitud correcta y que, tarde o temprano, traerá las correspondientes señales de respuesta. Esta actitud correcta es de quienes no creen en la vida como en la sola existencia física presente, sino que ven las cosas de una forma holística considerando como verdad los conocimientos metafísicos esenciales sobre el alma y la evolución trascendente de la conciencia.
            El ser humano olvida las veces en las cuales, como alma, en vidas anteriores, ha sido injusto, cruel, descalificador y olvidado del deber hacia sus semejantes. Este “velo” en la memoria transpersonal se hace notorio al surgir en su mente encarnada la pregunta: “¿por qué a mi…?”, cuando recibe injurias, agravios o “injusticias”…
            Entender estas dos leyes universales, KARMA y REENCARNACIÓN, es un paso para considerar la importancia del PERDÓN, porque todo tiene un sentido, y a la luz de las leyes universales, el misterio descorre sus velos y el ‘sentido’ es revelado…


PAZ EN LOS CORAZONES



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