Las 7 Claves del Perdón están formuladas para todos los
estudiantes que se han comprometido con el Sendero interior. Estas ‘claves’
apoyadas en la reflexión, podrán ayudar a elaborar una síntesis de comprensión
sobre el tema del perdón, y esa SÍNTESIS será una luz guiadora en la conciencia
del peregrino, constituyendo “una plataforma de despegue” para la real
liberación.
La mayoría de los
humanos no pueden perdonar por ignorancia, es decir, por desconocer el
significado del perdón de forma profunda. Corrientemente el perdón es entendido
como ‘olvido de la ofensa’ pero, como estamos viendo en estas claves, es mucho
más que eso, ya que implica autoconocimiento, limpieza, conciencia de unidad,
comprensión de la acción, servicio humano y planetario y, como veremos ahora,
conocimiento de las leyes de Karma y Renacimiento.
Estas dos leyes
que rigen en la evolución de las almas humanas se relacionan estrechamente
entre sí, puesto que karma, que es la acción
incompleta que busca ‘completarse’ en la comprensión de la conciencia, necesita
de múltiples experiencias a través del tiempo para encontrar las ocasiones y
oportunidades para “completarse”, y para esto una sola vida humana es
enteramente insuficiente. Es por ello que el alma humana debe atravesar por
muchas reencarnaciones para que se tejan los acontecimientos kármicos, vida
tras vida, para así poder ‘completar’ el Gran Aprendizaje del Alma. Cuando este
‘Gran Aprendizaje’ ha llegado a su fin el alma queda liberada de la “obligación
evolutiva” de reencarnar. Pero este no es el fin del aprendizaje para el alma,
sino el fin de una gran etapa, la cual una vez completada es recién el comienzo
de un larguísimo camino de ascenso al Paraíso Central.
Durante el
extenso peregrinaje del alma en la Tierra por sucesivas vidas físicas en
diferentes personalidades, el alma nace aceptando las condiciones
anticipadamente proyectadas para su encarnación. Es decir que es la misma alma,
junto al Señor del Karma, quien crea las condiciones predestinadas de las
experiencias kármicas que han de acontecer durante su encarnación. En tales
condiciones proyectadas se considera el país, la cultura, la condición social,
la familia, la educación, etc. que recibirá el alma en su vida encarnada. En
esas pautas también se encuentran situaciones y hechos claves que se han de
precipitar y que formarán parte de ‘desafíos’ y de su aprendizaje kármico.
Eventos de este tipo pueden ser enfermedades, accidentes y/o relaciones
kármicas, así como hechos desventurados o felices (según se trate de karma
‘negativo’ o ‘positivo’, aunque ambos tipos son en el fondo del asunto
“positivos” por que enseñan valiosas lecciones al alma).
En los hechos o
situaciones desventuradas (fatalidades, sufrimientos, etc.) por los cuales
atraviesa el alma ya encarnada, se producen muchas veces los quistes del odio y
el rencor en la conciencia, por no poder “digerir” los acontecimientos. Lo que
ocurre es que, una vez encarnada el alma en un cuerpo humano y convertida así
en “persona”, olvida el ‘contrato álmico’ contraído antes de nacer; la visión
del alma se pierde y la persona solo ve lo que tiene delante de sus ojos de la
carne. De esta manera, muy difícilmente podrá comprender los hechos
desventurados o “de la mala fortuna”…, y es por este motivo que muchas veces
las personas pierden la fe y se vuelven insensibles e impiadosas, y cegadas por
su incomprensión e ignorancia, despotrican contra la vida y contra todo. Se
vuelven escépticas y materialistas, lo que evidencia el estado de oscuridad en
que ha caído el alma al encontrarse reprimida detrás de la sombra tenebrosa del
yo personal. Personas con esta energía son incapaces de conocer el perdón y se
vuelven indiferentes o críticas de los temas espirituales durante años o por el
resto de sus vidas físicas.
Estos escritos no
servirían en manos de tales almas perdidas en las sombras de un yo inferior
dominante; pero sí pueden servir a los estudiantes propensos a caer en tal
condición desfavorable. A quienes pueden escuchar y discernir van dirigidas
estas comunicaciones.
Entender sobre
esta temática, el Karma y la ley de Renacimiento, ayudará a los estudiantes a
elevarse por encima de los acontecimientos inmediatos, y a verlo todo como
pequeñas facetas de un Gran Sendero del Alma.
Todo estudiante,
ante acontecimientos de agravio, dolor, accidentes, enfermedades, relaciones
familiares insanas, etc., debería preguntarse sobre el significado de tales
eventos a nivel del aprendizaje de su alma. Pero en lugar de tomar tal actitud,
muchos estudiantes, ante experiencias dolorosas se preguntan: “¿Por qué a
mi…?”. Esa pregunta nace de la corta vista del yo personal.
La pregunta que
debería nacer, comprendiendo las leyes de Karma y Reencarnación sería: “¿Qué
debo aprender de esto?”; “¿Cuál será la enseñanza en el fondo de este
acontecimiento?”. Aunque la respuesta no llegue de inmediato, el estudiante
puede estar seguro que es la actitud correcta y que, tarde o temprano, traerá
las correspondientes señales de respuesta. Esta actitud correcta es de quienes
no creen en la vida como en la sola existencia física presente, sino que ven
las cosas de una forma holística considerando como verdad los conocimientos
metafísicos esenciales sobre el alma y la evolución trascendente de la conciencia.
El ser humano
olvida las veces en las cuales, como alma, en vidas anteriores, ha sido
injusto, cruel, descalificador y olvidado del deber hacia sus semejantes. Este
“velo” en la memoria transpersonal se hace notorio al surgir en su mente
encarnada la pregunta: “¿por qué a mi…?”, cuando recibe injurias, agravios o
“injusticias”…
Entender estas
dos leyes universales, KARMA y REENCARNACIÓN, es un paso para considerar la
importancia del PERDÓN, porque todo tiene un sentido, y a la luz de las leyes
universales, el misterio descorre sus velos y el ‘sentido’ es revelado…
PAZ EN LOS CORAZONES